La centralidad de la cultura
Concepción,
enero 2012
El jueves 31 de
enero el profesor Danny Monsálvez del departamento de Historia de la Universidad
de Concepción, plantea en su artículo “La batalla Cultural” que ante cifras económicas
positivas, la nueva batalla política se deberá librar en el campo cultural como
forma de
impulsar los cambios que nuestra necesita sociedad.
La verdad es
que economía y cultura no son términos contrapuestos, sino que se refuerzan mutuamente.
El progreso económico y social es, por un lado, generador de cultura. Y, a su vez,
la cultura es un elemento incentivador de desarrollo económico. La forma en que
lo abordemos dependerá desde la perspectiva, necesidades e intereses con los
cuales observamos un territorio.
Es por ello que
desde hace aproximadamente una década, la cultura ha alcanzado un papel protagónico
y omnipresente expandiendo como nunca antes su presencia en espacios tan diversos
como la política, la economía y las teorías del desarrollo, así como en la gestión pública, los tratados
internacionales y la planificación y mercadeo de las ciudades. Las ciudades
están ubicando la cultura en el centro de sus políticas de desarrollo, debido a
su habilidad para accionar el mundo simbólico de la comunidad y así generar los
cambios para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
De esta forma
la implementación de políticas culturales, se convierte en una estrategia que atraviesa
y articula otras dimensiones del sistema social, adoptando un enfoque más territorial
que sectorial. La política cultural deja de ser entendida como mera
intervención ornamental o como respuesta a determinados grupos de creadores o
artistas, para convertirse en un elemento sustancial en la política pública
local.
Tradicionalmente
los argumentos centrales para una política cultural eran la importancia de la
creación, la identidad y la cohesión social. Pero hoy podemos incorporar entre
otros la educación, economía, gobernanza, innovación, turismo, industrias
creativas, sustentabilidad y finalmente calidad de vida.
Concepción
carece de cualquier tipo de política cultural, estrategia o planificación
cultural, creo que es el momento indicado de emprender este desafío que nos
permita enfrentar una batalla que ya se inició y que el profesor Monsálvez tan
acertadamente divisó.
Comentarios
Publicar un comentario